San Isidro

LO SECUESTRAN EN CAPITAL Y SE TIRA DEL AUTO FRENTE A LA CAVA

Lo capturaron junto a un empleado en la Costanera. Los dos lograron escapar. Actuaron 8 ladrones armados que se movían en dos camionetas. Querían ir a robar a la casa del empresario en San Isidro. Un empresario se tiró del auto mientras iba secuestrado.
“Todo lo que pasó parece una película de Rambo. Todavía no podemos creerlo. Podría haber sido una tragedia”. Así calificó Fabiana la pesadilla que vivió su marido Eduardo Guillermo Díaz (55) durante más de dos horas el lunes a la noche, cuando ocho delincuentes lo secuestraron en la zona de la Costanera junto a un empleado de su empresa.
Los asaltantes se los llevaron cautivos en la camioneta de Díaz.
El empresario logró escapar de los secuestradores tirándose del vehículo en movimiento al pasar por un puesto de Gendarmería, cerca de la villa La Cava, en Béccar, partido de San Isidro. Allí hubo un tiroteo entre ladrones y gendarmes.
Los asaltantes huyeron llevándose al empleado de Díaz quien finalmente también logró escapar.
La camioneta del empresario apareció abandonada. Se cree que al menos dos de los ladrones podrían estar heridos, producto del tiroteo con Gendarmería.
“Todo el tiempo querían que los llevara a mi casa, pero les dije: ‘Mátenme, pero a mi casa no los llevo ni loco’ . Prefería que me hicieran cualquier cosa a mí antes que a mi mujer y a mis hijas. No quería una masacre y además no tenía plata en casa”, le contó a Clarín Eduardo, que es dueño de una empresa de turismo.
La odisea de Eduardo y su empleado (chofer de micro), Jorge Omar Homes (42), empezó el lunes cerca de las diez de la noche, cuando ambos habían ido a comer a un carrito de La Costanera, cerca de Aeroparque. Cuando ya se iban del lugar y estaban subiendo a la camioneta Toyota Hilux de Díaz fueron interceptados por ocho delincuentes armados.
Tres de ellos se subieron a la camioneta y obligaron a pasar atrás a las dos víctimas.
El resto de los delincuentes los siguieron repartidos en una camioneta Ford Eco Sport y en una VW Amarok. Enseguida tomaron para el lado de la autopista Ricchieri, mientras le insistían a Díaz que los llevara a su casa de San Isidro.
“Me di cuenta que conocían bien la zona del Mercado Central porque fueron directamente hasta allá, pero de la zona norte no conocían nada. Les dije que a mi casa no los llevaba, pero igual los hice tomar para el lado de San Isidro porque me acordé dónde había un puesto de Gendarmería y creí que ahí podían darse cuenta del secuestro.
Me la jugué y los engañé porque no conocían el camino”, explicó Díaz a Clarín.
En el camino, en San Martín y General Paz, los ladrones separaron a los rehenes: al empleado lo pasaron a la camioneta Eco Sport y a Díaz lo siguieron llevando en su camioneta.
Las tres vehículos, según las víctimas, circulaban a 150 kilómetros por hora pero nadie los detuvo. En el peaje de la autopista Panamericana, ramal Tigre, “me imaginé que se iban a dar cuenta que había algo raro, tanta velocidad, tantos autos juntos. Pasaron por el telepeaje cuando mi camioneta no tiene oblea; tocaron bocina varias veces, les abrieron la barrera y pasaron las tres camionetas juntas. Nadie se dio cuenta ”, comentó el empresario.
Cuando estaban por llegar al puesto de Gendarmería, un colectivo que doblaba los obligó a reducir la velocidad. “Ahí aproveché y me tiré a la calle. La camioneta me rozó las piernas. Al gritar auxilio, los gendarmes pensaron que estaba descompuesto y corrieron hacia mí. En ese momento los delincuentes empezaron a dispararle a los agentes y a mí también.
Podría haber sido una masacre ”, comentó Díaz.
Los asaltantes pudieron huir del tiroteo llevándose al empleado de Díaz cautivo y volvieron para la autopista Riccheri.
Homes también debió vivir situaciones de riesgo. “Escuchaba que otros delincuentes les decían por radio a los que lo tenían secuestrado a él que lo mataran. Entre los asaltantes empezaron a discutir para decidir qué hacían y cuando uno cargaba una Itaka, Homes empezó a correr y logró cruzar la autopista sin que lo siguieran” , contó Díaz.
La Toyota Hilux finalmente fue hallada abandonada en la avenida Maipú al 4100, en Vicente López. La Policía todavía intenta encontrar a los secuestradores a través de las imágenes que grabaron las distintas cámaras de seguridad que los filmaron.
Hay al menos cinco de la Municipalidad de San Isidro frente a las cuales pasaron los secuestradores después de escapar de Gendarmería.
“Creemos que una de las camionetas pudo haber sido robada pero la Eco Sport no, ya que cuando Jorge se sintió mal y en un momento pensaron que iba a vomitar, le dijeron: ‘Cuidado que la lavé hoy, la tengo limpita’”, recordó Díaz.
El empresario contó que ya había sufrido un robo violento en su casa, en 2005, cuando varios ladrones le robaron dinero que tenía por una venta de una auto. En cuanto al secuestro, Díaz está convencido de que fue un hecho al voleo.
“Es desesperante la situación cuando uno está secuestrado, se vienen a la mente un montón de cosas. Estamos viviendo un momento muy difícil”, remató el empresario.
Díaz y Homes se encontraron dos horas después de ser liberados. “ Se abrazaron y, por el miedo, lloraban como chicos en mi casa. En realidad, lloramos todos”, graficó a Clarín Fabiana, la mujer del empresario secuestrado.

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