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MUERE TRAS SE TIROTEARSE CON DELINCUENTES DENTRO DE SU CASA

Las rejas de la entrada estaban abiertas porque la casa estaba en obra. Cuatro ladrones pasaron por el frente en un auto y no desaprovecharon la oportunidad. Al menos dos ingresaron y empezaron a revisar el lugar, un llamativo chalé de Martínez. Pero adentro estaba el dueño, que tomó un arma y los enfrentó. El resultado fue fatal: hubo al menos diez disparos y el hombre terminó muerto con dos balazos en el estómago.

Los ladrones escaparon sin robar nada. La Policía salió a perseguirlos y logró apresar a cuatro sospechosos. Uno de ellos, de 25 años, estaba herido de siete tiros.

La víctima fue identificada por la Policía como Sebastián Cid, de 37 años. Era un importante joyero de Acassuso -su oficio era de gemólogo, experto en piedras preciosas- y estaba casado con una abogada que trabaja en la fiscalía de distrito de Núñez y está embarazada. Tenía dos hijos, de 4 y 6 años.

“De milagro no fue una desgracia mayor. Mientras el joyero y los ladrones se tiroteaban en el living de la casa, su esposa, sus hijas y una amiguita de las nenas estaban en la planta alta”, aseguró anoche una vecina.

El asalto empezó cerca de las seis de la tarde, cuando los ladrones pasaron por la puerta de la casa, ubicada en Balcarce al 1300, en un barrio residencial del partido de San Isidro. El chalé del joyero es de dos pisos, tiene rejas negras y ladrillos a la vista. Los asaltantes iban en una camioneta Chery Tiggo, a cara descubierta. En cuanto entraron a la casa se dividieron: algunos fueron a la planta alta y otros se quedaron abajo, buscando objetos de valor y dinero. Al verlos, Cid fue a buscar su pistola calibre .40 y salió a enfrentarlos.

“Mientras su familia estaba arriba, el joyero fue con su arma al living y se tiroteó con uno de los ladrones. Habría llegado a pegarle siete balazos. Pero en ese momento aparecieron los otros asaltantes, que le dispararon a quemarropa”, dijo una fuente policial a Clarín.El joyero cayó gravemente herido. Los asaltantes rescataron a su cómplice herido y se fueron en dos autos: el coche de la familia y la camioneta en la que habían llegado. Un rato después, el vehículo del joyero apareció quemado en un descampado de Villa Martelli, partido de Vicente López.

Los vecinos y la familia de la víctima avisaron al 911. En pocos minutos la zona se llenó de patrulleros y una ambulancia llevó al joyero al hospital de Vicente López. Pero fuentes policiales consultadas por Clarín dijeron que llegó muerto.”Por averiguaciones, nos enteramos que los asaltantes eran de la villa Melo (de Vicente López). Entonces armamos un operativo cerrojo para atraparlos. Además teníamos el dato de que uno estaba herido, porque en la calle quedaron rastros de sangre”, dijo a Clarín una fuente del caso.

Según reconstruyeron los investigadores, los asaltantes fueron primero a la villa Melo y llevaron al herido a la casa de su abuela. Pero cuando aparecieron los patrulleros, abandonaron la camioneta Chery, recogieron a su cómplice baleado y se fueron en otro coche.”Cruzaron a Capital Federal y dejaron al herido en el hospital Tornú, en el barrio Agronomía”, explicó un vocero. Los médicos avisaron a la Policía y el baleado quedó detenido.

Poco después, la Policía ubicó a otros tres integrantes de la banda, que se movían en un Alfa Romeo en dirección a San Martín. “Los localizó uno de los agentes que participaba del operativo cerrojo. Los asaltantes trataron de escapar y a los tiros se metieron en la villa La Rana. Allí fueron apresados en una casa donde se habían escondido”, dijo una fuente policial.

Los investigadores revelaron que los asaltantes quedaron filmados por las cámaras de seguridad cercanas a la casa de Cid. Los vecinos estaban conmocionados. Una de ellas, Amelia, contó: “Yo lo cruzaba a Sebastián todas las mañanas cuando paseaba el perro. Era un hombre buenísimo”.

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