PiruloVicente López

LO MATAN A BALAZOS POR DISCUSIÓN EN UNA FIESTA

El hecho ocurrió ayer por la mañana, alrededor de las 6, cuando Rubén Ramírez (38) se disponía a cerrar un galpón perteneciente a su familia situado en Carlos Francisco Melo al 5200, de Villa Martelli, en dicho partido de la zona norte del conurbano.

Venancio Ramírez, padre de la víctima, contó que en ese galpón guardan los vehículos con los que la familia se dedica al transporte pero que en esta oportunidad, se “lo prestaron a los chicos de la radio del barrio para que hicieran una fiesta privada”.

El hombre indicó que la fiesta estaba por concluir cuando un adolescente de entre 16 y 18 años llegó al lugar y quiso entrar por la fuerza pero no se lo permitieron y se produjo un “forcejeo”, por lo que ante esa situación intervino Rubén.

En esas circunstancias, se produjo una discusión en la que el muchacho extrajo un arma de fuego y disparó varias veces contra la víctima, tras lo cual, escapó del lugar, indicaron las fuentes.

Venancio precisó que el tirador “ya había baleado a dos hermanos a unas pocas cuadras de allí” y que al escapar le arrebató a su hijo tirado en el suelo su “cartera”.

“Yo escuché los disparos y salí corriendo. Entonces vi a Rubén en el piso. Le vi como cinco impactos de bala de grueso calibre y me agarró la desesperación”, relató el padre de la víctima, que reside a unos 50 metros del galpón.

Venancio señaló que se dirigió hasta el Hospital Belgrano, ubicado sobre avenida Constituyentes, a tres cuadras, del lado del partido de San Martín, para pedir “una camilla”.

“Después volví corriendo hasta donde estaba Rubén, lo cargamos en la camioneta de un sobrino mío y lo llevamos hasta el hospital pero llegó muerto”, sostuvo Venancio, quien recordó que su hijo baleado tenía dos hijos y era una persona que “trabajaba mucho”.

Un jefe policial explicó a Télam que fue desde el hospital que alertaron del hecho a los efectivos de la jurisdicción que luego se trasladaron hasta la escena del crimen y se entrevistaron con los testigos presenciales que aportaron datos para identificar.

La misma fuente indicó respecto del móvil del crimen que hasta el momento “los testigos se refirieron a una discusión, no a un robo”.

Por su parte, Venancio dijo que el sospechoso identificado es “una lacra de la zona” que cuenta con “antecedentes penales” y que un familiar de los hermanos baleados poco antes del ataque a tiros contra su hijo ya les acercó una fotografía del presunto tirador.

“Ya me llevaron dos hijos”, expresó el padre de Rubén, quien dijo que “no entiende nada” de lo que pasó aunque “no descarta” que el crimen de hoy esté vinculado al caso de Juan Marcelo.

En ese sentido, recordó que días atrás hubo “novedades” en esa causa ya que una testigo de identidad reservada declaró ante la Justicia dónde estaría el cuerpo de Juan Marcelo.

Venancio aclaró que todavía no declaró ante los investigadores por el crimen de Rubén ya que primero quiere “velar” a su hijo, cuyo cuerpo será sometido a la autopsia en la morgue del Hospital Carrillo de Tres de Febrero y recién mañana por la tarde será entregado a su familia.

“Voy a luchar y a pedir Justicia como hice con Juan Marcelo”, añadió el hombre, quien junto a su familia es asistido por la ONG Asistencia de Víctimas de la Impunidad y Sin Esclarecer (Avise).

La causa por el homicidio de Rubén Ramírez quedó a cargo de la fiscal María Angélica Sayago, del Fuero Penal de Responsabilidad Penal Juvenil del Departamento Judicial San Isidro.

Ramírez (27) fue secuestrado el 10 de diciembre de 2002 por delincuentes vestidos de policías en 1 de Agosto y avenida Márquez de José León Suárez, cuando se movilizaba en una camioneta Fiat Ducato para ir a visitar a una amiga.

Luego, los captores se comunicaron con su padre y le exigieron medio millón de dólares para liberar a su hijo, cuyo auto apareció al día siguiente en Villa Martelli con las zapatillas del joven en su interior, donde también se halló sangre y cabellos.

El 18 de diciembre, el padre de la víctima recibió una carta de su hijo como prueba de vida y desde entonces nada de supo del paradero de Juan Marcelo.

En el primer juicio por este hecho, en 2007, fueron condenados a 17 años de cárcel por el secuestro Julio Robledo, Claudio Maiz y Adrián Pérez, sindicado como quien aportó el teléfono para llamar a la familia y que desde 2012 está en libertad condicional.

Mientras que en un segundo debate, en 2013, la Justicia Federal de San Martín absolvió y dejó en libertad a un cuarto acusado

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